No se puede decir que mover un objeto con ondas de audio sea precisamente una novedad, pero un equipo de investigadores de Suiza ha querido dar literalmente una vuelta más al asunto logrando girarlo mientras flota en el aire.
En un más difícil todavía nuestros protagonistas consiguieron incluso manipular dichos objetos, jugando con unas gotas de agua, preparando soluciones químicas y hasta haciéndose un diminuto café para levantar los ánimos entre prueba y prueba.
Para que este truco que casi parece magia surta efecto es necesario que el sonido sea realmente intenso, partiendo de unos nada despreciables 160 decibelios (cifra que, para que te hagas una idea, equivaldría al lanzamiento de un cohete), pero nuestros protagonistas consiguieron hacerlo sin que el experimento fuera peligroso por su volumen ya que se emplearon frecuencias fuera del alcance del oído humano.
Los movimientos se controlan por medio de una cuadrícula en la que cada porción emite un sonido distinto para que, una vez esté flotando el objeto, se pueda jugar con los valores y comenzar el movimiento. Hasta la fecha la iniciativa sólo ha llegado a buen puerto con artilugios muy pequeños (el objeto más grande con el que se ha podido probar por ahora ha sido un palillo de madera), pero sus responsables confían en poder pasar a bolas de acero en un futuro. Mientras tanto, no te pierdas un primer aperitivo a modo de vals justo a continuación.
Engadget