¡Es ciencia! Ciencia pura y bastante sed. Al mezclar sal con hielo, este hace que se derrita más rápido. Pero para lograrlo, debe absorber energía calórica de algo. Ahí es donde entra la lata de bebida (y nuestras ganas de tomarla helada).
¡Es ciencia! Ciencia pura y bastante sed. Al mezclar sal con hielo, este hace que se derrita más rápido. Pero para lograrlo, debe absorber energía calórica de algo. Ahí es donde entra la lata de bebida (y nuestras ganas de tomarla helada).
Una investigación con células madre fue financiada por la organización Wellcome Trust y logró producir en el laboratorio glóbulos rojos de sangre, para su transfusión en humanos, lo que podría permitir que en el futuro se produzcan de forma masiva.
Las pruebas estuvieron a cargo de un grupo de científicos británicos, que estudiarán el comportamiento de estos glóbulos en humanos, con lo que podría darse un paso crucial hacia una posible producción en masa de sangre artificial.
Estos primeros estudios en voluntarios concluirán a finales del 2016, en caso de resultar positivos podrían comenzar a pensarse en su creación a gran escala. Marc Turner, líder del proyecto en el Servicio Nacional Escocés de Transfusión de Sangre, ideó una técnica para cultivar y madurar glóbulos rojos a partir de las células madre pluripotentes inducidas (IPS) en condiciones bioquímicas muy similares a las del cuerpo humano.
“Aunque investigaciones similares se han llevado a cabo en otros países, esta es la primera vez que alguien ha fabricado sangre conforme a los estándares adecuados de calidad y seguridad para la transfusión a un ser humano”.
Además enfatizó que esta sangre de laboratorio podría tener una vida útil mayor a la que tiene la sangre de donantes, que sólo puede conservarse por aproximadamente 120 días. Otra de sus ventajas es que la sangre artificial carecería de agentes infecciosos y por lo tanto, se evitaría el contagio de enfermedades por transfusiones.
¿Se imaginan? De lograrse estaríamos ante un inmenso avance que podría salvar miles de vidas alrededor del mundo, sobre todo en zonas marginadas donde conseguir distintos tipos de sangre para una transfusión a veces es complicado.
La idea vino cuando Barber veía la televisión y se encontró con un documental sobre unos habitantes de una pequeña ciudad en Siberia, estos fermentaban leche de yak para transformarla en vodka. Fue entonces que Barber decidió pasar los últimos tres años perfeccionando su propio método, con la idea en mente de algún día poder comercializar su producto.
El proceso es similar al utilizado para hacer queso: separar la leche cuajada del suero y, mientras que la primera va para la elaboración de los quesos, el segundo se fermenta con una levadura especial para cerveza, que hace que los azucares de la leche se transformen en alcohol. Después de que esta leche/cerveza es destilada, es sometida a un proceso de mezcla secreta para ser, inmediatamente, filtrada tres veces y embotellada artesanalmente.
Cabe recordar que la leche utilizada para preparar el vodka es la misma utilizada para la fabricación del queso cheddar de Barber, que ganó en 2012 el Premio Mundial de Queso Cheddar (ni sabíamos que-eso existía). El interés del hacendado en dicha bebida lo motivó a llegar hasta su nueva forma de producción que acabó siendo un método extra (y creo que mucho más lucrativo) de rentabilizar su rebaño de 250 vacas.
Además, Barber afirma que la Black Cow, con su textura cremosa, es la única bebida alcohólica que no provoca resaca. Habrá que probar.
Daniel Craig, célebre por su interpretación de James Bond, y Elizabeth Hurley (ambos británicos) son algunos de los célebres personajes que ya han probado la bebida producida por Barber. Y dicen que les ha gustado.
El lugar: el techo del estudio de fotografía Marceau en Nueva York; los autores de la selfie: con un brazo Joseph Byron y con el otro Ben Falk; fecha: diciembre del 1920.
Esta curiosa pieza se encuentra en la colección de The Museum of the City of New York, junto con otra imagen en la que se les ve tomándose la foto.
Investigadores alemanes recién anunciaron un importante logro en el campo de la información: consiguieron congelar luz durante un minuto. Para dimensionar lo épico de esta conquista, basta saber que generaron las condiciones específicas para detener a la entidad más veloz del universo, mientras que en un plano más técnico, esto podría tener importantes repercusiones para el almacenamiento de memoria cuántica y el procesamiento de información.
Al suspender la trayectoria de la luz, se asegura que mantenga sus propiedades de coherencia cuántica, y por lo tanto ‘coagularla’ en memoria basada en luz –lo cual no necesariamente nos dice mucho a los civiles. Anteriormente ya se había conseguido congelar la luz durante 16 segundos, pero ahora la marca fue rebasada por mucho lo que facilitó el trabajo de los científicos.
Es bien sabido que los atletas del Box (y de algunas otras modalidades deportivas) realizan dietas y pasan por un proceso de pérdida de peso bastante rápido con el fin de alcanzar el peso de su categoría, pero lo hacen en una semana, en promedio.
Sin embargo, el científico del deporte Ross Edgley logró hacer algo increíble en un tiempo mucho más corto y registró todos sus esfuerzos y métodos para perder de forma exitosa alrededor de 11.3 kilogramos en un solo día con un proceso que está basado en ladeshidratación del cuerpo.
Edgley quería demostrar a las personas que no necesitan ser neuróticas y basarse en el número que se muestra en la balanza, debido a que nuestro cuerpo sufre muchas fluctuaciones en el peso gracias a la cantidad de líquido contenido en nuestro organismo. Afirma que el peso corporal tiene poco que ver con la cantidad de grasa.
“Muchas personas son esclavas de las balanzas y tienen a su autoestima y nutrición gobernadas por estas. Esperemos que esta experiencia sirva para crear una relación sana entre las personas y las balanzas. De esa forma, se darán cuenta de que el peso puede fluctuar en base a muchos factores, no sólo por la grasa” dijo, de acuerdo con elDaily Mail.
Para lograr la hazaña, el científico llevó su cuerpo al límite con métodos extremos como ingerir muy poca agua, hacer varias horas de sauna, ejercicio y usar trajes térmicos.
Además, se alimentó con una dieta libre de sal y carbohidratos, hizo baños de inmersión con sales de Epsom (sulfato de magnesio) y tomó diuréticos. Sin embargo, advierte que la experiencia fue extrema y con propósitos científicos, siendo totalmente inadecuada para cualquier persona, ya que puede causar serios problemas de salud.
Ross Edgley explica que alrededor del 50 al 70% del peso de nuestro cuerpo está compuesto de agua. Utilizando sus propios datos, si pesa 95 kilogramos, esto significa que, en teoría, 47.5 kg de su cuerpo equivalen al valor del agua.
El uso de diuréticos fue un factor importante para la pérdida de peso (en liquido) del científico del deporte, aunque sólo tomó 100 ml de agua ese día, orinó cerca de 20 veces. Señala que el uso de diuréticos debe hacerse con extrema precaución y sólo bajo supervisión médica.
Echa un vistazo a los principales métodos utilizados en la pérdida de peso de Ross, que eliminó 11.3 kg en sólo 24 horas:
Y agregó: “Debo subrayar que a pesar de que he perdido más de 11 kilogramos en 24 horas, absolutamente nada de eso era grasa y de inmediato recuperé todo de nuevo dos horas después de terminar el experimento. Lo que hice fue muy peligroso, y todo se hizo en condiciones muy estrictas y bajo supervisión médica“.
Al hacer su inspección a bordo de un avión avistaron una columna de humo que se elevaba a unos 600 metros, la pequeña isla apenas cuenta con 200 metros de diámetro. Se encuentra a 1000 kilómetros de Tokio. ¡Impresionante!